Aquellos que nos conocéis sabéis que nos gusta tratar a nuestros clientes como si de nuestra familia se tratara. Bajo esta premisa -no lo podemos evitar, nos sale de muy adentro- nos esforzamos en daros todas las facilidades y seguridades y siempre os invitamos a relajaros, a compartir este maravilloso entorno que nos rodea y, si lo queréis, a disfrutar los productos que elaboran nuestros vecinos.
Cuarenta días después de haber cerrado casa por el estado de alarma, y aún sin saber cuántos días tardaremos en poder volver a abrir, nos sabe muy mal, pero pocas certezas os podemos ofrecer. De modo que, como «sois de la familia», compartiremos dudas e impresiones a la espera de poder ofrecer informaciones «definitivas» y propuestas con un mínimo de concreción.
¿Cuánto tardaremos en abrir? Estaremos todos de acuerdo que cuando finalice el estado de alarma actual, u otras disposiciones legales, que –deseamos, sólo- respondan a la evolución de la crisis sanitaria que estamos sufriendo. Como «trabajamos con personas» estamos pendientes de poder volver a la actividad y del final del confinamiento.
¿Cómo abriremos? Buena pregunta… Es de esperar que el des-confinamiento sea gradual y que tengamos que observar medidas especiales en lo que refiere a nuestros puestos de trabajo y en la relación con nuestros clientes. ¿Limitación en el aforo? ¿Todos en casa con mascarillas? ¿Con guantes? ¿Sin acercarnos a menos de uno o dos metros? Se hace extraño pensarlo, pero bien es cierto que llevamos días acostumbrándonos a situaciones muy extrañas.
Estaría bien saber cuándo será eso… Pongamos que a mediados de junio, principios de julio como mucho?
Y vuelven a surgir más dudas (somos personas, tenemos familia, no lo podemos evitar): ¿Cuál será la situación personal y familiar de nuestros posibles clientes? ¿Y su estado de ánimo? ¿Les apetecerá hacer vacaciones? ¿Se lo permitirá la situación económica? ¿Quizás deben trabajar estos meses de verano? Y, el calendario en las escuelas, ¿afectará?
Mientras vamos buscando respuesta -vosotros y nosotros- a todas estas dudas no nos queda más remedio que ir pasando los días de la mejor manera, teniendo cuidado de la salud propia y la de los nuestros, e ir haciendo planes para cuando llegue el día que nos podemos volver a encontrar.
En casa estamos atentos a las indicaciones de los estamentos implicados, a las opiniones de expertos y vamos pensando cómo lo podremos hacer. También, con nuestros vecinos, comentamos la jugada y preparamos propuestas para favorecer la vuelta al Montseny del turismo sostenible y responsable que deseamos.
Hoy por hoy lo único cierta es que estamos cerrados y preocupados, pero también esperanzados: deseamos que este trasiego y el dolor que ha traído a mucha gente, nos dé fuerza para afrontar los cambios y dar soluciones (particulares y sociales, locales y globales) a los retos que, sin duda, nos esperan.
Por último, de nuevo, recomendaros prudencia y paciencia, desearos salud, suerte, ánimos y fuerza, y enviaros un abrazo a todas y todos.
¡Ah! ¡Y buen Sant Jordi!